¿QUÉ ES?

Los rasgos de personalidad son patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y personales. Es un patrón persistente de formas de pensar, sentir y comportarse que es relativamente estable a lo largo del tiempo Los rasgos de personalidad sólo constituyen trastornos de la personalidad cuando son inflexibles y desadaptativos y cuando causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo.

Clasificación de los trastornos de personalidad: Hay muchas formas de clasificar los trastornos de personalidad siguiendo diversas teorías y manuales. Pero en este artículo vamos a clasificar los tipos de trastorno de personalidad según el manual DSMV-TR. Que propone su clasificación en 3 grupos o “clusters”.

  1. Cluster A: Excéntricos extraños (paranoide, esquizoide y esquizotípico).
  2. Cluster B: Dramáticos y erráticos (antisocial, Limite, histriónico y narcisista).
  3. Cluster C: Ansiosos inhibidos (evitativo, dependiente y obsesivo).

 

¿CÓMO SURGE?

Las personas con trastornos de la personalidad generalmente no son conscientes de que su comportamiento o sus patrones de pensamiento son inapropiados. De hecho, creen que sus patrones de comportamientos entran dentro de la normalidad y que, por consiguiente, son correctos.

A pesar de que las causas no están del todo claras, los trastornos de la personalidad pueden estar asociados a factores genéticos y ambientales. Respecto a estos últimos, las experiencias de angustia, estrés o miedo durante la infancia, así como el maltrato, el abuso o la negligencia emocional, pueden desembocar en algunos de estos trastornos.

TRATAMIENTO

La terapia psicológica para trabajar los diferentes tipos de trastornos de personalidad es individual para cada una de las personas que sufren dichos trastornos. Es importante trabajar conjuntamente para observar qué factores han hecho que lleguemos a comportarnos así y buscar medidas más adaptativas para poder llevar una vida más funcional en la que no haya tal sufrimiento personal.