La depresión es un trastorno del estado de ánimo, que se traduce en un estado de decaimiento importante y continuado, y se manifiesta a través de síntomas psíquicos (pudiendo aparecer desinterés, tristeza…) y somáticos (pudiéndose presentar pérdida del apetito, astenia, alteraciones del sueño con periodos de insomnio y de somnolencia, etcétera).

Se debe diferenciar entre la tristeza o frustración, ya que son reacciones naturales que tenemos antes acontecimientos negativos como separaciones, duelos por la pérdida de algún ser querido u otros acontecimientos que puedan desembocar en esta emoción. No obstante, si se prolonga más de seis meses o nos incapacita para llevar una vida normal puede desembocar en lo que clínicamente se conoce como depresión mayor.

 

CAUSAS

Podemos encontrar diversos factores que influyen en la aparición de la depresión.

Los factores genéticos: La presencia de antecedentes de depresión en el ámbito familiar cercano (padres y hermanos) incrementa en un 25-30% la probabilidad de sufrir depresión.

Personales: Se ha comprobado que existe una mayor tasa de depresión en personas que se encuentran dentro de estas variables.

  • Sexo femenino
  • Edad joven
  • Variables genéticas
  • Enfermedad física crónica
  • Abuso de sustancias psicotrópicas
  • Acontecimientos vitales estresantes (sobre todo la pérdida de un ser querido y conflictos de pareja)
  • Falta de apoyo social
  • Status socioeconómico bajo (según trabajos)

 

Ambientales: Refiriéndose a situaciones negativas para la persona. El estrés, la ansiedad, la incapacidad para resolver problemas o encontrarse en una situación de escasas o nulas relaciones interpersonales son factores potenciadores de la aparición de este trastorno.

 

TRATAMIENTO

Para combatir la depresión es importante trabajar en las creencias y pensamientos que alimentan este trastorno. Se debe profundizar en los pensamientos desadaptivos que te hacen ver el mundo a través de un prisma gris y colocar en su lugar pensamientos más realistas y objetivos.  La persona que sufre este trastorno se siente incomprendida y, en ocasiones, minimiza la importancia de su estado anímico. Por ello, es importante acudir a un especialista que pueda entender lo que te está pasando y trabajar conjuntamente para poder llevar a cabo un periodo de aprendizaje en el que aprender a combatir este trastorno.